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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



2 de agosto de 2013

MI CORAZÓN DIVINO ES FUENTE INAGOTABLE DE BIENES Y FELICIDAD


Alma Mía, efectivamente Mi Corazón divino es fuente inagotable de bienes y felicidad. La felicidad que Yo doy es inagotable, no es como la felicidad que cualquier cosa del mundo o cualquier amor humano os puede dar, si bien, los hay cuya felicidad es autentica y lícita, la que Yo doy no se extingue nunca, ni en esta vida ni en  la otra. Yo, Jesús, os hablo.

Pero hijos, vosotros tenéis que venir a Mí en busca de esa felicidad que no se extingue nunca, porque Yo os espero y deseo que Me busquéis afanosamente y gustéis de Mis delicias. Hijos, estáis algunos tan abatidos, tan abrumados, por cargas y pesares que no tenéis reposo, y cuando lo tenéis mil preocupaciones  os invaden torturándoos el alma. Pero hijos, no os dejéis vencer por las obligaciones, ni por las preocupaciones profesionales o económicas, Conmigo a vuestro lado todo los superaréis y nada ni nadie os quitará la paz, la paz que Yo os doy tan diferente a como la da el mundo.

Hijos no es una buena cuenta corriente lo que os ayudará a ser felices, sino la honestidad en vuestras acciones, la honradez en vuestros negocios, la justicia para con vuestros empleados o subordinados,  porque hijos, los Mandamientos que os dio Mi Padre en el Monte Sinaí, son Mandamientos para vuestra felicidad y bien, no para fastidiaros la vida. Yo, Jesús, os hablo.

Si los santos o bienaventurados del Cielo os hablasen de su vida terrenal, testimoniarían sobre esto que os digo, que solo Dios les dio la verdadera felicidad que no se extingue,  porque gozan de ella en el Cielo y nadie se la arrebatará. Allí no tiene cabida ni la desgracia, ni el mal, ni la discordia, ni la rencilla. Allí e es un Reino de Amor el que hay y todos aman a Dios y se aman entre sí unos a otros. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.